Caminaré sobre el frío asfalto, tal vez impulsado por la tristeza, tal vez porque mi naturaleza siempre fue revelar mi alma ante alguien que puede ver la historia desde fuera. Las luces de la calle me hieren y me confortan, siempre me sentí abrumado por ese dejo melancólico de una urbe en crecimiento, millones de vidas danzando y cantando al mismo tiempo sin siquiera saberlo, y siempre recordaré como lucía tu cuerpo cuando los haces de luz atravaseban esas cortinas que me ragalaste y luego trataban de quemarte muy lentamente haciendo que lucieras más hermosa de lo que un hombre puede desear.
Llegaré a su casa, golpearé 2 veces, abrirá con una taza de café en la mano y con una mirada más cálida, siempre he podido confíar en él. Me encontraré con un mar de recuerdos en la sala de su casa, mientras le comento la ironía en la que se ha convertido mi vida. Le preguntaré por Clementine a lo que responderá corto y conciso, supongo que es la naturaleza de su carácter. Mis ojos se llenarán de lágrimas, tal vez él no lo notará, pero estará siempre atento a mi relato. Inundaré su imaginación con recuerdos tan íntimos que cuando me detenga a pensarlo, caeré en cuenta que me estaré confesando.
El sabrá lo que sucede, despues de unas horas me hace notar que él ya pasó por esa situación, absorto lo escucharé, creyendo por momentos que la locura ha invadido mi vida por medio de las estupideces de quienes me rodean, su relato será tan impresionante que no creeré una sola palabra de el, pero luego me asaltará la duda y mi cabeza trabajará tan rápido que me encuentro fuera de mi mismo tratando de entender lo que sucederá en mi vida.
Sin embargo, a pesar de una vida de ires y venires, el seguirá atado a ella por tanto tiempo como el error lo permita, sinceramente no entenderé nada de lo que suceda ni de lo ya acontecido, su consejo me asusta, me intriga, me atrae, pero me asusta demasiado.
"Bórrala de tu mente, si sucederá, sucederá... eventualmente, o quizá jamás", patético me encontraré, contemplando una posibilidad que parece más un cuento de hadas, hermoso, pero cuento al fin y al cabo, responderé con burlas, de nuevo mi naturaleza, para finalmente negar la realidad y luego preguntarme si en realidad todo esto ha pasado.
No puede existir un lugar como el que Joel describe, no existe un laboratorio donde erradican hasta el más profundo y escondido recuerdo de un amor fugaz pero tan grande como una estrella, no puede existir un lugar así, y nunca existirá.
Joel me observará sollozando, no podré evitar notar que sus ojos comparten mi miedo y mi tristeza, se acercará para decirme la frase más horrible que haya escuchado jamás.
"Existe, ¿cómo crees que ella ya te ha olvidado?"
